Siempre me impresionan los canadienses. Ayer Toronto estaba vacío. Los
restaurantes, los centros comerciales, las calles, los autobuses, los trenes,
todo estaba casi desierto. En Twitter vi fotos de diferentes lugares de Toronto
sin gente, en la televisión vi videos de lugares turísticos que estaban
completamente vacíos y en un canal de televisión escuché una entrevista a una
familia donde el padre con sus hijos -como un canadiense responsable- dijo que
tenemos que cuidarnos porque esa es la única manera de cuidar la comunidad, la
ciudad, el país (tienen un espíritu cívico, siento que es similar a cómo
respondieron sus antepasados ante la guerras mundiales).
Los canadienses nos hemos mantenido conectados a través de una nueva
aplicación llamada "Zoom" y allí tenemos videollamadas donde nos
registramos, charlamos, leemos poemas, hablamos, entonces la distancia es solo
física pero seguimos muy activos en la vida social a través de esa aplicación. Y
ni hablar de la otra parte donde muchos canadienses han dejado notas en las
puertas de sus vecinos diciéndoles que si son mayores o si tienen problemas de
salud que por favor los llamen a sus teléfonos para que les puedan ayudar con
las compras o cualquier cosa que necesiten. Realmente vivo en un paraíso que es
Canadá, es increíble ver cómo se siguen las reglas porque se entiende la
gravedad de la situación sin olvidar que hay dos manos para servir a la
comunidad, así somos los canadienses, así es este país. Incluso el veterinario me llamó la
semana pasada para ponerle al gato las últimas vacunas para este año y su
preocupación era hacerlo antes de que empezara la cuarentena. Aquí todos
piensan en todos, incluso en mi gato.
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